Ojala algún día seamos capaces de hacer consciente el dolor, controlarlo, modularlo y hacer que desaparezca a nuestra entera voluntad, quizá no en un futuro tan lejano.
Los últimos datos y estudios realizados por Melzack, que dieron lugar a la teoría de la neuromatriz atribuyen la difusión del dolor y la transmisión de este por el organismo debido a un complejo sistema en el que intervienen diversas áreas del sistema nervioso central y periférico, sistema nervioso autónomo y sistema endocrino, influenciadas directamente por varios factores psicológicos, emocionales, genéticos y sociales. Esta teoría explica que podemos sentir sensaciones de dolor en el organismo causadas desde nuestro interior, es decir desde nuestro propio organismo, y mediante este sistema nosotros mismos podemos hacer que estas sensaciones se incrementen, se modifiquen o se disminuyan en un momento determinado influenciadas por los diversos factores que las modulan que pueden ser; sensoriales, cognitivos, afectivos, sociales, emocionales, genéticos, etc...
Es un avance más en la progresión de la teoría del "control gate" que ya modificó la idea de que el dolor era única y exclusivamente producido por los receptores sensoriales que se encontraban en las áreas en las cuales se producía alguna alteración física. Esta última teoría postula que la neuromatriz tiene una gran influencia genética y puede contener algunas peculiaridades en su funcionamiento dependiendo de cada individuo, el modo de evaluar sus sensaciones desde el sistema nervioso central y no solo a nivel sensitivo por parte de los receptores.
No he podido encontrar documentación sobre la aplicación práctica y concreta de esta teoría que supongo esta englobada dentro de muchos sistemas y estudios sobre el dolor y todos los factores relacionados con el mismo, así como en procesos neurológicos y psicológicos de diversa índole.
El control y la modulación del dolor al alcance de nuesta mano, otra evidecia más del desarrollo evolutivo del ser humano
Me parece un área de estudio realmente interesante en la cual se debería de indagar más, ya que para el alivio o el control sobre las sensaciones nociceptivas por parte de nuestro organismo y nuestro sistema nervioso central sería de gran ayuda, ya que por un lado nos ayudaría a aislar y discriminar entre las respuestas estrictamente fisiológicas y bioquímicas, tanto nocivas por la patología como las defensivas producidas para la curación, que se producen en nuestro organismo para luchar en contra de las patologías o dolencias y por otra parte valorar el grado de implicación que tiene dentro de la sensación de dolor las valoraciones cognitivas y psicosomáticas que hacen que nuestra sensación de dolor se vea más o menos incrementada modulando con esto todo el conjunto que produce dicha sensación.
Me tomo la libertad de pensar que si existiera algún tipo de técnica de biofeedback o algún proceso similar que fuera capaz de percibir e integrar físicamente las funciones biológicas que controlan, alteran o modifican las sensaciones o transmisiones de dolor, y se pudieran identificar claramente para ejercer sobre ellas un control casi absoluto sería unos de los mayores avances puestos en práctica. Sería integrar nuestra capacidad cognitiva, sensorial, emocional, fisiológica y bioquímica dentro de un marco de control voluntario que disminuyera a valores mínimos inimaginables o anulara casi por completo cualquier sensación desagradable de dolor producida por cualquier tipo de dolencia, lesión o patología ya fuera de carácter agudo o leve o de carácter psicológico o fisiológico.
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