Nissan lanza al mercado el nuevo coche que revolucionará el mercado, el Leaf, totalmente eléctrico con batería de litio-ion, la pregunta es, ¿permitirán "los países del petróleo" que esto salga adelante?Por fin se va a comercializar a finales de 2010 un coche totalmente eléctrico, Nissan lanzará al mercado el Leaf, un vehículo importante porque supone la primera apuesta seria de vehículo eléctrico con cinco plazas y las dimensiones de un modelo compacto. La comercialización se iniciará en Europa, Estados Unidos y los principales mercados internacionales.
Nissan y Renault hablan de coches eléctricos, de su intención de ser líderes del mercado en este nuevo tipo de vehículos movidos por electricidad. Algo necesario para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Leaf promueve la movilidad sostenible en un coche con las dimensiones de un vehículo compacto, con una autonomía de 160 kilómetros suficiente para la mayoría de los usuarios de un automóvil y con cero emisiones en su utilización diaria.
Con unos tiempos de recarga de las baterías muy cortos, se puede recargar con una toma de corriente normal de las que hay en las casas o con una más potente.
Con una toma de 220 voltios, el tiempo de recarga es de ocho horas, lo que permite una utilización diaria y dejarlo por la noche enchufado para, al día siguiente tenerlo preparado para usarlo de nuevo. Otra opción es recargarlo en una toma más potente, de las que se van a ir instalando por las calles de nuestras ciudades para hacer viable la movilidad con coches eléctricos. En este caso, con un tiempo de 30 minutos se recarga el 80% de la batería.
Aún no hay precios para el nuevo vehículo de Nissan, pero la compañía asegura que costará lo mismo que un vehículo compacto convencional, además las ayudas fiscales para la compra de estos vehículos serán favorables debido al nivel cero de emisiones y también el ahorro en el consumo.
Si los intereses económicos están de la parte de los que manejan los hilos del sistema monetario y económico todo será viable, sino es así volveremos a estar frente a otro espejismo
Ya sabemos que no es el primer intento por parte de una marca de crear una alternativa que sea del todo operativa y funcional para sustituir al vehiculo tradicional.
En 1996 General Motors fabrica el EV1, el primer automóvil eléctrico con altas prestaciones, fabricó unas 1.100 unidades de este vehículo biplaza durante dos fases de 1997 a 1999 y luego una segunda hasta el 2001. Durante este período estos vehículos fueron arrendados a flotas y particulares de California y Arizona por un período inicialmente de 3 años o 30.000 millas (48.000 km). Muchos de sus propietarios manifestaron prolongar el leasing o incluso comprarlos. GM se negó en rotundo y se limitó a ejercer sus derechos legales de retirar el vehículo y destruirlo.
Los vehículos fabricados por Ford, Toyota y GM a finales de los noventa estaban diseñados para funcionar con baterías de níquel metal hidruro (NiMH) con lo que disponían de una autonomía que se ampliaba hasta las 120 millas por carga (casi 200 km), sin embargo, el 80 % de los usuarios no realizaba más de 80 millas (128 km) día y el 50 % menos de 25 millas (40 km) día. Hoy el reto lo marca las nuevas baterías de ión litio cuyo menor peso y máxima potencia pueden convertir al vehículo eléctrico en todavía mucho más competitivo.
Posteriormente aparecieron un proyecto que tiende a desarrollar un automóvil que cargue 45 litros de agua y un reactivo, en este caso Boro, capaz de liberar 5 kilogramos de hidrógeno del agua a medida que el motor funciona o hacer funcionar un automóvil con agua y aire, hasta el momento parece algo imposible pero la empresa japonesa Genepax ha creado un prototipo en cual funciona únicamente con esos dos elementos naturales. Su nuevo “Sistema de Agua Energía (WES), ” genera energía mediante el suministro de agua y el aire para el combustible.
Pues bien después de todas estas iniciativas tiene que haber lo más importante, un apoyo por parte de los países que siempre les ha interesado poner trabas a este tipo de proyectos para acabar de una vez por todas con los vehículos que se desplazan con los derivados del petróleo.
Si los intereses económicos están de la parte de los que manejan los hilos del sistema monetario y económico todo será viable, sino es así volveremos a estar frente a otro espejismo en el cual todo quedará en agua de borrajas y volveremos a ser víctimas de nuestra propia voracidad consumista.
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